La Arena y El Mar  Testigos De Un Amor Sin Igual Ari


No me puedo quejar, no tengo donde empezar. No hay motivo, mi destino, un camino celestial, el comenzar frente al mar.

Un día de Mayo especial, yo caminaba, en la sombra de mi pesar. Sin ilusión, como todo sin sabor, fingiendo una sonrisa, como la brisa, que sopla y se oye el lamento del mar, el que conoce tantos sentimientos, por los que le van a confesar.

 

Oh no puedo explicar el dolor intenso, desafiaba mis propios sentimientos, y de momento como una sombra, que adorna, que honra.

 

Apareció la mujer, la que no puedes describir en un papel. Y yo no sabía qué hacer. Busqué, pero no pude correr una voz estremeció mi ser, ella te quiere conocer.

 

Mientras me acercaba mi alma se agitaba, mis manos. heladas, mi voz entre cortada, era una emboscada. Salió una espada de su mirada, y me dio la estocada que jamás yo esperaba. Herido pero atraído, me fui escabullido, sin ver la herida de mi destino, y el dolor seguía conmigo.

 

 Me desangraba en otro sentido, el de un corazón herido por el amor perdido.

 

Jamás sería igual, pero ella me quiso rematar y me fue a buscar, sin saber que era la salvación, el regalo de mi Señor, el bálsamo a mi dolor, el amor y su conclusión, el terminar es el empezar.

 Amor en presencia de la arena y el mar, testigo de nuestro amar.

 

 


 

Amen

Inspirado por El Espiritu Santo

 Copyright  P.Omar Sanchez

7/23/22

 

 

 

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